De las mejores patatas bravas de Madrid, Cervecería Los Chicos en Guzmán el Bueno

Madrid y sus bares tienen una historia sin fin, y las patatas bravas ocupan un capítulo especial de esa novela urbana. Ese plato sencillo a la vez que eterno, que aparece en todos los barrios y que, de pronto, puede convertirse en obra de arte en manos de un buen bar. En mi última exploración bravera, encontré un rincón que merece una visita: Cervecería Los Chicos, en la calle Guzmán el Bueno 33, en pleno Chamberí.

Origen de unas de las mejores patatas bravas de Madrid

Este bar no es precisamente nuevo: abrió en 1945 y lleva décadas haciendo felices a los madrileños. Su receta de salsa brava se mantiene fiel a la tradición, pasando de generación en generación. No es solo un bar más: es un clásico madrileño que ha sabido mantenerse con los pies en el barrio y las manos en la cocina.

Ambiente y local: Terrazas en Guzmán el Bueno

Nada más llegar a Los Chicos, sientes ese ambiente de bar de toda la vida: barra, mesas pequeñas, el murmullo de fondo, las risas, y ese ir y venir de camareros que no paran ni un segundo. Es el típico sitio donde podrías encontrarte a vecinos del barrio junto a curiosos que vienen buscando “esas bravas de las que todo el mundo habla”.

En verano, además, tienen terraza, ideal para disfrutar de una buena caña al aire libre mientras cae el sol. Eso sí, aconsejo reservar o llegar con tiempo, porque se llena bastante rápido, sobre todo los fines de semana.

Cervecería Los Chicos en Guzmán el Bueno

Las patatas bravas: lo que importa

Y vamos a lo que importa: las bravas.
Mi experiencia fue bastante buena, y te cuento por qué:

  • Cantidad-precio: este fue uno de los puntos fuertes. La ración es generosa, da para compartir, y el precio está muy bien para la zona. Es de esos sitios donde sientes que pagas lo justo por lo que comes.
  • La salsa: sabrosa, con carácter, pero sin ese exceso de picante que a veces arruina el plato. Si eres de los que no toleran bien el picante, aquí vas a estar en tu salsa (nunca mejor dicho). Tiene ese punto equilibrado que permite disfrutar de cada bocado sin sufrir.
  • Textura: las patatas están en su punto, crujientes por fuera y blanditas por dentro. Se nota que las preparan con cariño, y eso marca la diferencia.

Algunos clientes habituales cuentan que llevan décadas viniendo por sus bravas, y eso ya dice mucho. Otros coinciden en que la salsa es más suave que en otros sitios, pero precisamente ahí está su encanto: no busca ser la más agresiva, sino la más disfrutona.

Opiniones de quienes repiten

Muchos madrileños describen Los Chicos como “un bar de toda la vida con las bravas más ricas del barrio”, y no les falta razón. Las tapas son generosas, los precios honestos y el trato, muy de casa. Eso sí, algunos mencionan que el servicio puede tardar un poco cuando está lleno, pero es parte de ese caos encantador que tienen los bares madrileños cuando están a reventar.

Consejos si vas a probarlas

  • Llega con tiempo o reserva, sobre todo si quieres sentarte en la terraza.
  • Empieza con las bravas clásicas, que son la estrella de la casa.
  • Acompáñalas con una caña bien tirada, el combo perfecto.
  • Si no te va el picante fuerte, este es tu sitio.
  • Ideal para ir con amigos o pareja, compartir raciones y pasar un rato tranquilo.

Comer bravas en Guzmán el Bueno

Mi puntuación personal para las bravas de Los Chicos es de 7,5 sobre 10. No son las más picantes ni las más modernas, pero sí son de las más agradables y honestas que he probado últimamente. Buena cantidad, precio justo, sabor equilibrado y ese ambiente castizo que no se puede imitar.

En definitiva, si estás buscando unas buenas bravas en Madrid sin dejarte un dineral, Cervecería Los Chicos es una parada obligatoria. No son las más famosas de la ciudad, pero tienen algo que engancha: saben a Madrid, a tradición y a tardes que se alargan entre cañas y risas.

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