Meta, en el punto de mira: la investigación que destapa un espionaje masivo a millones de usuarios
Lo que parecía un día normal en el mundo tecnológico se convirtió en un terremoto en cuanto salieron los primeros detalles: Meta —la empresa detrás de Facebook, Instagram y WhatsApp— habría estado espiando la actividad online de millones de usuarios sin que ellos lo supieran.
No hablamos de cookies, ni de aceptar banners raros, ni de aquello de “tus datos se usan para mejorar tu experiencia”. No.
Hablamos de un sistema oculto capaz de seguir tus pasos incluso cuando navegabas en modo privado o usando una VPN. Es decir, justo cuando creías que estabas más protegido.
Y aquí está la clave: estas prácticas habrían permitido rastrear tu actividad completa en internet, incluso fuera de sus apps.
Meta dice que todo es legal. El Gobierno dice que no. Y los expertos creen que estamos ante uno de los casos de vigilancia digital más graves de la década.
Vamos por partes, que esto tiene mucha miga.

¿Cómo funcionaba este supuesto espionaje?
La investigación apunta a una técnica de seguimiento integrada en los navegadores internos de Facebook e Instagram.
¿Sabes cuando abres un enlace dentro de Instagram y no se te abre Chrome ni Safari, sino “el navegador de Instagram”?
Ahí es donde habría estado el truco.
Ese navegador “propio” podía:
- Registrar qué páginas visitas
- Saber cada botón que pulsas
- Guardar tus búsquedas
- Leer formularios
- E incluso rastrear tu actividad aunque estuvieras en incógnito
Todo esto sin que el usuario tuviera forma de darse cuenta.
Para colmo, según los investigadores, ni siquiera una VPN evitaba el rastreo, porque el seguimiento se realizaba desde el propio navegador interno, no desde tu conexión general.
Es decir: si pensabas que estabas protegido… realmente no lo estabas.
Por qué es tan grave (y por qué importa tanto)
Porque si todo esto se confirma, no estamos hablando de una práctica cuestionable. Estamos hablando de una violación directa de derechos fundamentales:
- Derecho a la privacidad
- Derecho a navegar sin ser rastreado
- Derecho a controlar tus propios datos
El Gobierno lo dijo muy claro:
“La ley está por encima de cualquier algoritmo o plataforma gigante”.
Y ojo: esto no es solo un problema legal. Es un problema democrático.
Si una empresa privada acumula un nivel de información superior al de algunos gobiernos, tenemos un desequilibrio de poder que afecta a todos: ciudadanos, política, economía y, por supuesto, libertad personal.
¿Puede Meta usar estos datos para algo? Sí. Y eso es lo peligroso
Con lo que supuestamente recogían, Meta podría:
- Saber tus intereses con una precisión quirúrgica
- Predecir tus compras
- Saber tu situación económica
- Conocer tus rutinas
- Identificar tus horarios
- Y hasta anticipar tus decisiones
¿Y para qué sirve esto?
Publicidad hipersegmentada, manipulación de contenidos, generación de perfiles políticos, creación de burbujas de información, diseño de algoritmos que influyen en tu comportamiento…
En otras palabras: poder.
Y aquí está el motivo de fondo por el que los gobiernos de medio mundo están vigilando cada vez más a las grandes tecnológicas.
¿Qué va a pasar ahora? Las tres vías abiertas
1. Investigación oficial y posibles multas gigantescas
La Unión Europea y varios países ya han empezado a actuar. Si se confirma la vulneración de derechos, las sanciones pueden ser históricas.
2. Demandas colectivas
No sería raro ver a asociaciones de usuarios o grupos de defensa de la privacidad iniciar acciones conjuntas. Ya ha pasado antes con otras tecnológicas.
3. Cambios en las apps
Meta podría verse obligada a modificar su navegador interno, avisar claramente de qué datos recopila o incluso eliminar parte de sus sistemas de seguimiento.
El fondo del asunto: ¿qué futuro queremos?
Este caso es solo la punta del iceberg de un debate que llega desde hace años:
¿Quién controla a quién?
Las empresas tecnológicas controlan nuestros datos, hábitos y emociones… y cada vez más gobiernos empiezan a plantarse.
Meta argumenta que todo esto forma parte de la experiencia de usuario.
Los investigadores dicen que es vigilancia encubierta.
Y los usuarios, mientras tanto, seguimos usando Facebook, Instagram y WhatsApp sin leer ni la mitad de lo que aceptamos.
Eso es exactamente lo que este escándalo deja al descubierto:
Que la información es poder, pero solo si tú eres quien la controla.
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